El hogar de una “Patria Querida”, compartida con la tierra del cantábrico. Un paraje esculpido en la roca sobre verdes praderas que se eleva en el norte de España y crea uno de los Parques Nacionales más bellos de la Península Ibérica. Un deleite para senderistas, montañeros y escaladores, que se perderán entre los encantos de un territorio de historia singular.
Con su Urriellu (Naranjo de Bulnes), el rey de la escalada, observando a sus atrevidos contendientes, este paraje de pura vida congrega cada año a miles de exploradores y amantes de la naturaleza para disfrutar, entre sus faldas y sus valles, de imágenes encogen el corazón y agrandan el alma.
Los Horcados Rojos, la Torre de Cerredo, la Torre del Llambrión o la Torre Blanca son algunas de las cimas que este paraje natural incomparable ofrece a todo amante de la montaña. Picos que sin llegar siquiera a rozar los 3.000 metros se alzan como históricas columnas de roca bajo las cuales poder abrazar una libertad que sólo en el abrigo de sus senderos y sus crestas se encuentra.